domingo, 13 de marzo de 2011

JAPÓN, UN RELOJ QUE MARCA LA REALIDAD

Un azotante mar y un fenómeno natural son cómplices de un oscuro Atardecer 

Es una noche calmada, con gran incertidumbre para el mundo entero. Miro el calendario, en Colombia,  viernes 11 de marzo de 2011, y mi reloj marca las diez y cincuenta y seis. Tengo ciertas ganas de escribir sobre el temblor y tsunami que ocurrió hoy en Japón, alrededor de las cinco y cuarenta y cinco de la mañana; pero me confunde la cantidad de información de este acontecimiento, las imágenes crueles que se registran sobre este hecho; el cual ha sido considerado el atentado más grande de la naturaleza en 150 años.

Este temblor ha sido el más grande en la historia de Japón, con un registro de 8,9 en la escala de Ritcher, localizado en un punto submarino a 345 kilómetros de Tokio, la causa fue un desplazamiento de las placas terrestres a 22 kilómetros bajo la superficie del Océano Pacífico. Por su parte Shigeo Takahashi, experto del Instituto de Investigaciones Portuarias, de Japón, lo calificó como "un tsunami de los que solo se ven una vez cada siglo". Y realmente Shigeo tiene razón, es impresionante las imágenes que se registran de esta catástrofe.

Ante esta situación caótica lo principal es conocer que paso, que es un temblor, un tsunami, como se origina y las magnitudes que esto representa geográficamente. Demos inicio a esta cadena de dudas, definiendo temblor de tierra, también llamado sismo o terremoto, como una sacudida del terreno, se produce debido al choque de las placas tectónicas y a la liberación de energía en el curso de una reorganización brusca de materiales de la corteza terrestre al superar el estado de equilibrio mecánico.

Ahora definamos que es un Tsunami, esta palabra de origen japonés, que se deriva de “tsu” Puerto o Bahía, “Nami” Ola, que literalmente significa “Ola de Puerto”, este evento también conocido como Maremoto, es un grupo de olas de gran energía y de tamaño variable que se producen cuando algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua. Este tipo de olas remueven una cantidad de agua muy superior a las olas superficiales producidas por el viento. Se calcula que el 90% de estos fenómenos son provocados por terremotos, en cuyo caso reciben el nombre más correcto y preciso de «maremotos tectónicos».

Ahora si podemos entender geográficamente lo que sucedió en Japón, pero como podemos entender lo que sucedió desde una perspectiva más humana y social, poder ver los daños humanos y físicos que tuvieron ciudades como la costa de Sendai, Miyagi, ishinomaki, entre otros. En estos momentos no se si sería bueno escribir como si este caos hubiese terminado, porque este alarmante hecho paralizo al mundo entero hoy, pero se registra un acontecimiento el pasado martes, 8 de marzo de 2011. Además de las constantes replicas que se han venido presentando en este país, después del tsunami.

Específicamente se registró un sismo de 7,2 grados en la costa nororiental de Japón, el pasado martes. El terremoto fue a las 11:45 de la mañana hora local, con epicentro a 160 kilómetros al este de la península de Oga y a una profundidad de 10 kilómetros, se sintió en Tokio y en las provincias de Miyage, Iwate, Akita, Yamagata y Fukushima. Y a las 11:57 a.m. hubo una réplica de 6,3 grados en la escala abierta de Richter.

Inmediatamente, existe una pequeña transición del tiempo y, en Japón, pierde una página más el calendario, indicando que es 11 de marzo de 2011, se escucha un reloj a lo lejos, que en cuestiones de segundos marca las 2:46 de la tarde, y se queda paralizado como una fotografía. Es ahí cuando pasado 23 segundos inicia una gran tragedia, un tsunami de 10 metros de altura arrasa las costas de Sendai, ubicado al noreste de Japón, tras el violento sismo de 8,9 grados de magnitud registrados frente a la costa del archipiélago.

Después de los dos minutos en que se paralizo Japón, el reloj abandona su estado Fotográfico, y reinicia su marcado normal, mientras que  miles de personas intentaban salvarse del azotante mar y, cuerpos sin vida naufragaban en un masa de agua desafiante. Este reloj avanzaba y para Japón era o es, como si le hubiesen caído las 7 plagas de Egipto, horas posteriores al sismo y tsunami, el volcán “karangetang” en las islas Celebes, en indonesia, entro en erupción a consecuencia del terremoto inicial.  No bastando con lo sucedido en Ichihara se incendio la refinería petrolífera, como consecuencia del terremoto.

Al trascurrir las horas se entiende la magnitud geográfica de este evento manipulado por la naturaleza, pero tomará mucho tiempo entender este atentado contra la humanidad. Ya el calendario a pasado la página, es 12 de marzo de 2011, es un día gris y, los japoneses observan una nueva realidad, un país destruido por las inclemencias de la naturaleza, por la furia de un océano que devasto con la vida de miles de seres humanos, botes, vehículos, casas, así como en la capital de Fukushima se destruyeron alrededor de 1800 viviendas. Pero como si fuera poco, no basto con la inclemencia del océano, el fuego también hizo participe de esta catástrofe, a raíz del sismo se provocaron varios incendios que estuvieron fuera de control.

En estos momentos los japoneses tienen temor e incertidumbre por lo que el tiempo les depara, a pesar de que el reloj avanza esta tragedia no termina, estos ciudadanos han vivido con constantes replicas de sismo, alrededor de 150; la ultima que se registró fue de 6,4 grados en la escala abierta de ritcher, a 83 kilómetros de Fukushima, cerca del reactor nuclear dañado, produciendo una explosión en el lugar. A pesar de los acontecimientos negativos los ciudadanos se llenan de valor, y su único anhelo ante esta tragedia es poder hablar con sus familiares, encontrar a sus seres queridos que están desaparecidos, y que se logre normalizar este fenómeno natural.  

Por su parte el reloj sigue avanzando normalmente, como si no tuviera noción de lo ocurrido. Y oscurece en las entrañas de estos seres que lo han perdido todo, un día nuevo que marca el calendario, 13 de marzo de 2011, aún Japón vive la tragedia que se desencadeno el viernes pasado, no han podido localizar a más de diez mil desaparecidos que se encuentran bajo escombros o en el mar y, como si fuera poco la radiación de la planta nuclear sigue subiendo.



La realidad que viven los japoneses vivos es más cruel que la del día anterior, se encuentran más cuerpos sin vidas, en Miyagi, el lugar más devastado por el sismo, registra un total de 643 muertes: contemplando una cifra real de mil quinientos noventa y seis victimas en todo el país. Por su parte las localidades costeras como Minami-Sanriku han visto la destrucción de sus edificios, en Sendai siguen apareciendo los cuerpos sin vida en las playas. 

Son muchos los daños causados en Japón, quizás no alcancé a nombrar todos, como la red de transporte japonesa que sufrió innumerables daños, en la infraestructura vial, aeroportuarias, ferroviarias, entre otras; el estado de emergencia nuclear, y otros efectos en el estado financiero, social y cultural.

Hoy miro mi reloj que sigue avanzando, sin noción del tiempo, logrando oscurecer un nuevo día, 13 de marzo de 2011, y finalmente puedo decir que Japón vive una gran tragedia, que no puedo seguir escribiendo en un pasado relativamente presente, sino que debo escribir en un presente que relativamente se convertirá en pasado. Porque aún persisten las amenazas naturales que se ensañan con este lugar, quizás por su ubicación geográfica, pero este país asiático mantiene una alerta local activa de un nuevo tsunami.

(Mantendré actualizando la Situación de Nuestros Hermanos Japoneses)

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